martes, 5 de mayo de 2015

Francia Atlántica. Introducción

FRANCIA ATLÁNTICA


INTRODUCCIÓN
Finalizado mi recorrido caminando por las costas de la Península Ibérica y de las Islas Baleares (Las Canarias quedan, de momento, para disfrutar en invierno con el Imserso), me dispongo a abordar Europa. Con esto no quiero decir que Portugal y España no sean europeas, sino que el viaje que comenzó en la costa peninsular como iniciático Camino de Santiago ya, una vez superado el entorno más propicio para la comunicación en lengua castellana, empieza a tomar un cariz más europeísta, con la complejidad lingüística que conlleva y que, con unas clases previas de francés, me permitieron estar cómodo en el país galo, tanto al inicio, en el País Vasco francés, que nosotros llamamos Iparralde, como en el galo-catalán que los franceses llaman Languedoc-Roussillon. Por allí caminé por tierras de la Galia, desde Carbère hasta Collioure, como un homenaje al poeta Antonio Machado, muerto en el exilio, donde reposan sus restos; “Le cubre el polvo de un país vecino”, adelantó. Homenaje al poeta que nos dijo que no hay camino y que el camino se hace al andar.

Cuando inicio el camino, salgo con intención de llegar a territorio belga en dos meses. En un vistazo a mis mapas, me pareció que la distancia entre Irun y la frontera belga, era muy similar a la de Irun y Caminha, la villa lusa al otro lado del río Miño, que en 2006 me había llevado dos meses. Avanzando por Bretaña, pronto me daré cuenta de que lo que me había propuesto iba a ser prácticamente imposible de realizar en ese tiempo y rebajé mi meta a llegar a Mont Saint Michel. Como por querer llegar, las últimas etapas las estaba haciendo deprisa y mal, sin disfrutar, decidí llegar a Saint Brieuc y regresar a casa. Con un buen albergue, y bien atendido por la recepcionista, Gwendoline, me pareció lugar adecuado para reanudar el camino en 2013.

Inicio el camino desde mi casa, sin necesidad de acercarme a ningún lugar en alguno de los medios de comunicación, por primera vez, desde que comencé mi andadura. Eso me evitará trabajo previo de logística y estudiar bien la conveniencia del día de salida con dos meses de adelanto, como había hecho hasta ahora, para sacar billetes de tren, para ir a Sevilla, Huelva, Murcia o Barcelona, mis puntos de salida que ya narré en mi viajedejavi.blogspot.com

La fecha de salida va a ser el 8 de junio de 2012 y llegaré a Saint Brieuc el 12 de agosto. Los 66 días caminaré todo lo más próximo a la costa que pueda y la configuración de la geografía costera gala me lo permita. Esto me propiciará descansar en playas y darme unos cuantos baños en el mar. Teniendo en cuenta que en Bretaña se construyen pocos puentes, muchos de los entrantes de mar serán poco aptos para baño, especialmente en las mareas bajas, donde lo que proliferan son limos con la orilla del mar a larga distancia. Así que tendré que recorrer grandes espacios por interior antes de volver a salir a la costa. Estos problemas se acentúan al norte de la península de Crozon, para pasar un único puente entre Landévennec y Le Faou y llega a la mayor dificultad en los Aber de más al norte: Ildut, Benoît y Wrac’h. Para llegar a Morlaix me veré obligado a adentrarme mucho hacia el interior, pero tendré oportunidad de disfrutar de la delicia arqueológica de los túmulos de Barnenèz.

Como este blog no es otra cosa que un diario de viajes, voy a tratar de indicar en cada etapa el camino recorrido y los lugares por los que voy pasando; solamente cuando sé el nombre del lugar. Junto al número de la etapa, aparecerá también entre paréntesis el correspondiente a la etapa desde que inicié mi andadura en 2006. No se trata de un recorrido pensado con intención de hacer récords para entrar en el Guiness, sino para disfrute del que camina aunque, a veces, pueda resultar penoso.
Si bien algunos de los lugares visitados, o por los que vamos transcurriendo yo y mis días, son magníficos. A lo que más valor le doy es a los encuentros, algunos sublimes, donde voy a tratar de mostrar que el mundo es más humano que lo que nos suelen presentar los medios de comunicación. ¡A ver si lo logro!




En veranos anteriores ya presenté los dibujos que fui haciendo en cada recorrido. Los de Baleares me los robaron en Donostia-San Sebastián, mientras participaba en la plaza de Gipuzkoa en la experiencia “Olas de energía ciudadana” para la obtención de la capitalidad europea para 2016 que, finalmente, se consiguió. No había tenido la precaución de escanearlos previamente y no pudieron aparecer en mi blog que narraba el viaje: viajedejavi.Baleares.blogspot.com perdiéndose para mí y para mi blog, quizás para siempre. Nunca pierdo la esperanza de que algún día aparezcan. Tampoco es que fueran una maravilla, pero fueron hechos en un buen momento emocional e ilustraban algo más de mi viaje. Lo sentí cuando me quedé sin ellos y, después, cuando no os los pude ofrecer. Este verano he hecho pocos dibujos, que iré presentando en las etapas donde los hice. Así como los anteriores los dibujé con rotulador, con apariencia de plumillas, en esta ocasión ensayo otra técnica con pinceles que se utilizan para la escritura a tinta china. He hecho lo que he sabido y podido. Ilustran algo de los lugares recorridos. Para iniciar el primer diario, unos días antes de salir, hice una representación de la catedral del Buen Pastor donostiarra vista desde atrás, desde Reyes Católicos, donde los amigos de la Asociación Artística de Gipuzkoa hacíamos nuestros “pinitos” artísticos. La torre campanario, lo que los franceses llaman "le clocher", me salió algo torcida.

A lo largo del escrito irán apareciendo palabras en francés que normalmente las traduciré al castellano, otras veces haré paralelismos con el euskara y también me tomaré licencias interpretativas, ya que no soy ningún experto en filologías y me gusta jugar con el lenguaje. Combinaré nombres de los lugares que, casi siempre serán en francés, pero a veces, con las versiones en vasco y bretón. También hago mis valoraciones de comportamientos que me sorprenden en un país que presume del lema de la Revolución Francesa y me muestro crítico con cosas que no comparto. No es más que mi opinión y estoy abierto a conocer las razones y dispuesto a corregir mi primera opinión, si hay argumentos para hacerlo. Mis conocimientos del país son limitados y estoy seguro que en algunos casos mis críticas son infundadas. Puedo cambiar de opinión.

Con esta introducción empiezo mi relato de viaje a pie por las costas francesas más occidentales que se desarrolló en verano de 2012 entre Irun y Saint Brieuc. Continuará en 2013 desde esta localidad francesa hasta la isla de Terscherlling, al norte de Holanda, y en 2014 con la vuelta a la isla de Córcega con inicio y final en Ajaccio. Es lo que tienen las islas, que se regresa al punto de partida. Así se demuestra que lo importante no es llegar, puesto que se llega a donde ya había llegado el caminante, sino que lo que importa es el proceso, el camino recorrido y los encuentros que te ha ido ofreciendo, a la vez que este caminar transforma al que lo hace y lo va haciendo más entrañable con las nuevas tierras y las nuevas gentes.

No pretendo que sirva como guía de viajes. Cada cual debe hacer el suyo, acorde con sus gustos. A unos les gusta la montaña, a mí me gusta la orilla del mar. Son viajes distintos. Lo que presento es un camino en el que yo estoy a gusto caminando y creo que se detectará éste mi gusto por caminar. Al hacerlo yo solo, también es un ejercicio de libertad. Sólo dependo de mí y de mis circunstancias. Las acepto. Voy por donde quiero, aunque no siempre acierte. Puedo parar o seguir, comer o quedarme sin comer. Si se me acaba el agua y no encuentro dónde obtenerla, me quedo sin beber. ¡No pasa nada! No siempre hay que darle al cuerpo lo que pide. A veces encuentro lugar para restaurar mis fuerzas. Otras veces no. Si encuentro albergue asequible, lo utilizo, pero también puedo dormir plácidamente en una playa alejada de población, con mi esterilla y mi saco de dormir. Muchos me dice: “Eso está prohibido”. A lo que yo respondo que lo prohibido es montar tienda de campaña fuera de los lugares autorizados. Aunque lugares he visto en que la Guardia Civil permite a pescadores que duerman en su tienda siempre que la levanten para las ocho de la mañana.

Mi deseo es que disfrutéis con la lectura de mi diario tanto como yo disfruto al escribirlo rememorando mi camino. Es imposible que recibáis las mismas sensaciones que recibí yo al realizarlo. Creo que cada cual debe hacer su propio camino, de acuerdo con sus gustos y con una forma de viajar en que vaya cómodo. ¡Que disfrutéis caminando!


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